Logramos el propósito (Tono 9 - Solar) con la Semilla Amarilla, la paciencia para avanzar paso a paso, sostenidamente, con cuidado y atención.
La Semilla Amarilla es lo invisible que se torna visible. Es el brote, la germinación de lo más delicado, el despliegue de nuestro potencial. Floreciendo, irradiamos nuestros dones, expandimos los tesoros que viven en nuestro corazón.
ORÁCULO DEL KIN 204
KIN GUÍA
Sol Solar Amarillo (OE Humano)
Nos orienta a ser la luz infinita, la claridad del amor; lo evidente de lo virtuoso que nos pacifica y nos lleva a tomar lo inconmensurable de la vida, lo maravilloso que nace en la disposición a ser lo más sublime, numinoso y prístino de nuestra esencia. Asumiendo nuestra sabiduría, reafirmamos nuestra libertad en tanto elegimos lo que, lúcidamente, nos hace crecer y estar más cerca de la integridad.
KIN ANÁLOGO
Águila Solar Azul (OE Mano)
Nos acompaña a abrir nuestras alas y volar para mirar de manera global y abarcativa. Tomar distancia para jerarquizar y establecer parámetros en medio de la complejidad, lo multinivel y la heterogeneidad. Abrazar la diversidad, captar la espesura ecosistémica de la existencia, los sentidos más hondos, nos revelará caminos de cicatrización de heridas, circuitos nuevos, combinaciones... el permiso a algo más inclusivo, que nos sanará.
KIN ANTÍPODA
Mago Solar Blanco (OE Enlazador de Mundos)
Nos desafía a aprender a habitar el presente expandido, despertando la percepción de las calidades de energía que nos llegan y que emanamos. Sintonizando la frecuencia de lo eterno, recibiendo la información sutil, microcósmica, tejeremos la trama hacia una realidad más excéntrica, y a la vez más sustantiva.
KIN PODER OCULTO
Tierra Entonada Roja (OE Caminante del Cielo)
Nos convoca a emprender el viaje que ya nos está llevando a otro lugar. Colaborar en la sinergia de movimientos que nos envuelven, desde nuestra pertenencia a un hábitat, donde convivimos con multiplicidad de seres, informaciones, ritmos, huellas y experiencias, nos animaremos a la aventura de descubrir otros horizontes, más prósperos para el desarrollo de nuestra fortaleza intrínseca, espiritual.
