Nos empoderamos para emprender el propósito (Tono 5 - Entonado) con el Sol Amarillo, el amor infinito, ecuánime, que puede iluminar todo, todo, todo, hasta el más mínimo rincón.
El Sol Amarillo nos conecta con la maestría de irradiar la energía que somos, la vida que nos habita y nos expande simple e impolutamente.
ORÁCULO DEL KIN 200
KIN GUÍA
Estrella Entonada Amarilla (OE Semilla)
Nos orienta a crear la vida más bella que concebimos en nuestro corazón. Lo precioso que pulsa por expresarse desde el alma, trasluciendo lo singular de nuestro ser, apreciando lo hermoso de la existencia energética-espiritual. Nos encontraremos en ese lugar germinal, lleno de potencial, listo para brotar y desplegarse. Cuando sea un contexto amable, sutil y delicado, los pétalos de la flor se abrirán con toda su dulzura.
KIN ANÁLOGO
Tormenta Entonada Azul (OE Águila)
Nos acompaña a transitar la transformación más profunda y verdadera para deshacernos de la confusión. En el movimiento potente, intrínseco a nuestro ser, como un terremoto, reconoceremos la base firme, imperturbable, que nos sostiene en el compromiso íntegro hacia el amor. Una visión se abre, enorme, para contemplar el paisaje en paz y así descubrir lo hondo de nuestra existencia, lo trascendente de los gestos del alma, nuestro esencial lugar en el mundo.
KIN ANTÍPODA
Perro Entonado Blanco (OE Enlazador de Mundos)
Nos desafía a aprender a mantenernos fieles al afecto que conmueve nuestro corazón, despertando la ternura y la compasión, abrazando la vulnerabilidad que nos vincula, protegiendo la sensibilidad, cuidando lo más precioso y delicado, lo sutil y exquisito del amor. En una consciencia sagrada, se revelará la existencia de un vacío esencial que da espacio a lo numinoso, lo que no es posible nombrar y al mismo tiempo nos colma.
KIN PODER OCULTO
Dragón Solar Rojo (OE Caminante del Cielo)
Nos convoca a emerger en consonancia con la fuerza de la vida. Renacer, empezar de nuevo, dando luz a nuestro ser original. Sabremos animarnos a la aventura de descubrir hasta lo inimaginable, para acogerlo y desentrañarlo, afianzando lo certero de nuestra presencia sagrada, cósmica.
