Nos liberamos de lo que nos aleja del propósito (Tono 11 - Espectral) con el Sol Amarillo, el amor irradiando incondicionalmente, la maestría suprema, el impecable camino del corazón. La vida nutriéndose a sí misma en el modo que sea; trascendiendo las formas.
ORÁCULO DEL KIN 180
KIN GUÍA
Sol Espectral Amarillo (OE Perro)
Nos orienta (su mismo kin) para ahondar en la importancia del amor sin límites. La enorme potencia de la vida está dada por su capacidad de abrazar la totalidad de la existencia. La compasión de un corazón entregado a su propia misión (amar), es la puerta a un estado del ser gozoso, sostenido en el afecto verdadero que emerge desde la consciencia de lo sagrado que nos vincula.
KIN ANÁLOGO
Tormenta Espectral Azul (OE Luna)
Nos acompaña a transitar cambios radicales, para deshacernos de aquello que no ha sido construido desde la nobleza del corazón. Cualquier aspecto o situación que obstruya la fuerza del amor sólido, verdadero e incorruptible, será sacudida, movilizada de manera potente para que identifiquemos lo real que sí nos constituye, que somos y que nos abre (aún más) el corazón. Podremos amar fluidamente, en tanto permitiremos que nuestra sensibilidad sea tan vulnerable como tierna, transparente, bálsamo.
KIN ANTÍPODA
Perro Espectral Blanco (OE Sol)
Nos desafía a aprender a ser leales con todo lo que nos llene de amor; cuidándolo, protegiéndolo, permaneciendo cerca. Nuestro afecto se sostendrá en el lugar más seguro, el de lo sagrado, y así, nuestros vínculos serán canales de vida, de la maestría más grande (que es el amor) que anima el sentido de toda la existencia.
KIN PODER OCULTO
Dragón Eléctrico Rojo (OE Tormenta)
Nos convoca a renacer para abrir un camino propio, mucho más potente y alineado con nuestro ser original, auténtico. En un impulso irreductible, expresaremos la fuerza de nuestra autoafirmación fundamental, ontológica, básica y profunda. De este modo, atravesaremos cualquier cambio, imprevisto o revolución, ya que sabremos que lo esencial está absolutamente protegido, y se merece la pureza del diamante que, al pulirse, se libera de todo lo que no es.
