Activamos el propósito (Tono 3 - Eléctrico) con el Humano Amarillo, la libertad en relación al amor:
• Porque el amor nos permite desplegar nuestra autenticidad, alegría y frescura
• Porque siempre, de la forma que sea, elegimos el amor (¿hay algo más valioso que el amor?)
• Porque la sabiduría no puede existir sin el amor, el cuidado, la responsabilidad afectiva
KIN GUÍA
Guerrero Eléctrico Amarillo (OE Mago)
Nos orienta a avanzar hacia lo más, mas, más importante: amarnos. Para ello, precisará derribar estereotipos, referencias hegemónicas. Sabrá cuestionar todo eso que nos impide lo genuino, y desarmarlo. Así, desplegaremos nuestros poderes psíquicos trascendentes, lo que saben ver más allá de lo aparente y captan lo energético, sutil, profundamente significativo y revelador para los ojos del alma.
KIN ANÁLOGO
Mano Eléctrica Azul (OE Serpiente)
Nos acompaña a realizar las acciones que nos sanan, materializando nuestros proyectos, ideas, sueños y anhelos. Pondremos en juego nuestra honda sensibilidad, comprometida en la construcción de lo verdadero, realmente transformador y evolutivo. En este camino, nuestro cuerpo estará más despierto, apasionado y encendido, porque lo sagrado es lo que alimenta nuestra energía vital.
KIN ANTÍPODA
Viento Eléctrico Blanco (OE Sol)
Nos desafía a aprender a ser fieles a lo que nos dice nuestra alma. Mantener la escucha sincera hacia lo más propio, 'eso' que somos más allá de los cambios, las dudas o los apegos. Cuando nos asentamos en lo sagrado, eterno, real, descubrimos lo esencial: el amor. El amor sagrado. Lo sagrado del corazón, el sol que somos, irradiando luz hasta el infinito, derramando siempre bendiciones de paz.
KIN PODER OCULTO
Luna Espectral Roja (OE Tormenta)
Nos convoca a liberarnos desde el sentir, permitiéndonos fluir con las emociones; especialmente importante cuando son tremendamente dolorosas o disruptivas. Una apertura de nuestra sensibilidad nos limpiará, purificándonos de todo de lo que no somos, todo lo que nuestro tierno corazón ha recibido y no le corresponde. Transformándonos desde el amor real, indestructible.