Nos organizamos (Tono 6 - Rítmico) con la Luna Roja, la apertura a sentir lo que nos esté pasando, incluir todo... aunque sea incómodo, doloroso, confuso o inesperado. Validando nuestras emociones, permitimos que fluyan, que hagan su proceso y nos muevan a otro lugar, dándonos nueva información.
ORÁCULO DEL KIN 149
(portal de activación galáctica)
KIN GUÍA
Luna Rítmica Roja (OE Semilla)
Nos orienta (su mismo kin) para ahondar en la sensibilidad, ampliando el registro y sutilizándolo, para abrir la escucha a nuestra vulnerabilidad y habilitar lo que ya está ocurriendo, trayendo consciencia. Con esta atención compasiva, la metabolización ocurre de manera más amable e integrada, purificándonos, y al final, nutriéndonos, porque nos hace valorar aquello que más amamos, y entonces podemos cuidarlo, sostenerlo y cultivar su crecimiento.
KIN ANÁLOGO
Perro Rítmico Blanco (OE Serpiente)
Nos acompaña a ser leales a nuestro corazón, estando cerca de lo que nos conmueve y nos enternece, de manera verdadera, sutil y transparente, hasta espiritual, sagrada. En esta disponibilidad a los afectos más entrañables, al amor que nos conecta infinitamente, estaremos permaneciendo en sintonía con el deseo más potente y energético que es amarnos; amarnos profundamente, con todo el cuerpo y alma, entusiasmo y beatitud.
KIN ANTÍPODA
Tormenta Rítmica Azul (OE Mago)
Nos desafía a aprender a atravesar grandes cambios necesarios para nuestra regeneración. Soltar todo lo que no es real, y transmutar de raíz, para llegar a lo esencial, nos abrirá la percepción a un poder trascendente, tocando los flujos de lo eterno, lo que no se destruye, y entonces sí, maravillarnos con la presencia infinita y exquisita de nuestro ser.
KIN PODER OCULTO
Humano Galáctico Amarillo (OE Serpiente)
Nos convoca a valorar nuestra libertad, comprometiéndonos con el camino que elegimos, que nos inspira para seguir creciendo en sabiduría. Así, promovemos lo vital, la fuerza básica, instintiva, que anima nuestro cuerpo y nos dice qué nos apasiona, enciende y gratifica espiritualmente, en la vida que creamos todos los días.
