Onda Encantada del Mono Azul

Mono 1: El propósito es jugar, divertirnos, confiando en nuestra ilusión, en todo aquello que soñamos y sabemos que nos alegra el corazón. La vida es asombrosa cuando la vemos con los ojos de la inocencia de nuestrx niñx interior.

Humano 2: El desafío del que estaremos aprendiendo será hacer el propio camino, desde la responsabilidad que implica asumir la libertad de elegir a qué dedicar nuestro amor y sabiduría.

Caminante del Cielo 3: La motivación vendrá dada por animarnos a nuevas aventuras, yendo más allá de lo conocido, escuchando otras maneras, más expansivas y liberadoras, de vivir, experimentar y ampliar la percepción sutil.

Mago 4: Contamos con el recurso de estar presentes, permaneciendo en el instante profundo existencial, interactuando con la creatividad energética de todo lo que nos rodea.

Águila 5: Nos empoderamos al tomar distancia y mirar con perspectiva y libertad; incluyendo múltiples posibilidades, recorridos y recursos.

Guerrero 6: Sostenemos el proceso con el coraje de avanzar siguiendo el pulso del propio corazón, rebosante de fe en aquello que añora con el alma.

Tierra 7: Nos inspiramos con las sincronías, observando cómo las circunstancias transcurren y podemos unirnos a ellas, co-creando a la par.

Espejo 8: La coherencia vendrá dada por la honestidad, cultivando el orden, y la disponibilidad a ver lo real.

Tormenta 9: Los logros se darán al atravesar grandes cambios, soltando todo lo que ya no nos corresponde, y creciendo de manera exponencial, cuántica.

Sol 10: Profundizaremos con el gozo que deviene de habitar nuestra maestría, ese saber invaluable que portamos y emanamos a la totalidad de la existencia, desde el amor infinito que somos.

Dragón 11: Nos liberamos renaciendo a una nueva vida, única, original, y potente, con toda la fuerza ancestral acompañándonos.

Viento 12: Compartiremos lo aprendido desde la comunicación franca, trascendente, espiritual; recordándonos lo eterno, lo esencial.

Noche 13: Finalmente, recibiremos el regalo de la abundancia y la calma, la escucha paciente que registra la voz de la intuición, con la guía de las estrellas brillando en la inmensa oscuridad.