Para profundizar en el propósito (Tono 10 - Planetario), el Mono Azul viene a integrar nuestrx niñx internx: nuestra parte inocente, espontánea, fresca, que cree en la fantasía, que quiere jugar, divertirse, explorar, con alegría y liviandad.
Así como el viento, el Mono Azul se mueve libremente, sigue su deseo, su curiosidad, su inquietud. De esta forma llega a nuevos lugares, aprende jugando, por motivación propia. No hay lugar para el "error", ya que se deleita desplegando la experimentación, estando en un ambiente seguro, contenedor y validante.
La espiritualidad, propia del Viento Blanco (actual Onda Encantada), para que no se convierta en un dogma coercitivo, requiere estas cualidades: juego, alegría, liviandad, experimentación e inocencia, dentro de un contexto suficientemente cuidado y responsable para sostener los ensayos y las ocurrencias.
• Este Mono está guiado por la Tormenta Planetaria, que remueve lo más profundo que ha quedado estancado, liberando la energía esencialmente lúdica. Realiza cambios bruscos, potentes, actuando de modo impactante. Esto despejará bloqueos, aclarando la enorme importancia de un autocuidado amoroso, y atento a los vínculos que son apoyo en nuestro crecimiento más genuino y auténtico.
• Le acompaña la Estrella Planetaria, quien hace arte a partir del contacto con sentimientos desgarradores, movilizantes, inesperados. La belleza en sus obras brillará por lo revelador que emerge en la fuerza de la entrega a la transmutación.
• Está aprendiendo del Dragón Planetario, quien propone una nueva versión de humanidad, un reseteo. Otras posibilidades, más afines a lo que nos nutre, fortalece y valida para que enfoquemos los pasos concretos en el propio camino.
• Y tiene el poder del Perro Autoexistente, quien aporta el amor, la autocompasión y la conexión afectiva con otros seres cercanos y empáticos, quienes nos acompañan a estar en contacto con nuestra intimidad, ayudándonos a ver las heridas por sanar. Contenedoramente, y en vínculo, podremos ir cicatrizándolas.
