El fruto ha madurado en todo su esplendor.
Ha llevado tiempo llegar hasta acá.
Con toda la energía Amarilla disponible, el fuego ilumina la brillantez de los logros alcanzados por haber seguido el camino del propio corazón, con confianza, con coraje, con persistencia.
La Estrella Cósmica Amarilla finaliza la Onda Encantada del Guerrero Amarillo, a su vez, terminando el ciclo de 52 días del Castillo Amarillo (anteúltimo del Tzolkin), nos prepara para sumergirnos en el centro de nuestro corazón (Castillo Verde) y regocijarnos de tanta dicha.
La Estrella es el regalo que nos llega (Tono 13 - Cósmico) tras haber atravesado murallas, creencias que no nos dejaban ver la realidad. Con el Guerrero desarmamos ideas que nos habían sido impuestas, que no tenían que ver con el amor ni con la paz.
La Estrella es la energía del fruto maduro, que ha tenido la valentía de desplegar su singularidad. La belleza de lo único. El arte de hacer un recorrido sin mapas, sin recetas, creando algo nuevo, algo que no existía antes, dando a luz.
El arte, lo exquisito, lo peculiarísimo que es capaz de sentir un corazón, florecido, abierto con toda su sensibilidad. Expresando su propia forma, sus detalles, exponiendo lo delicado, frágil, vulnerable, y por eso, sutil, potente, sacro, espiritual.
• Esta Estrella (kin 208) está guiada por el Humano Cósmico, quien le muestra la bendición de poder elegir lo que hacemos, considerando la consciencia global, no-egoica, de nuestra existencia.
• Le acompaña el Mono Cósmico, quien sabe creer y permanecer en la inocencia de la ilusión, el juego, la magia, incluyendo todo drama, toda dificultad, toda intensidad.
• Está aprendiendo del Espejo Cósmico, quien le muestra el valor de lo verdadero, honesto, sincero, aún más en situaciones dolorosas; ya que habiendo desilusión, podemos, sin embargo, ver lo que es.
• Y tiene el poder del Caminante del Cielo Magnético, que le aporta todo su ímpetu a expandirse siempre más, a territorios desconocidos, profundizando la sabia y preciada conexión cielo-tierra.
